Manual del Fuego Doméstico

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Fondo de res, el abecedario de la cocina

Si la cocina tiene un idioma propio, el fondo de res es su abecedario. No es una receta: es una estructura. Un líquido que sostiene todo lo que viene después. En la clase entendí —con esa claridad que solo da ver el proceso en vivo— que un buen fondo es menos “hervir huesos” y más “construir orden”.

Un fondo limpio empieza antes del agua: comienza en el dorado. Ese punto exacto donde la carne y los huesos pasan de crudos a caramelizados, donde la reacción de Maillard no solo oscurece, sino que organiza el sabor. No es quemar, no es dorar por dorar. Es desarrollar una capa aromática que luego se libera en el líquido como si hubiese estado siempre ahí, esperando.

El Mirepoix: proporción, corte y función

El mirepoix es la base aromática clásica para fondos y salsas en la cocina occidental. Su función es aportar dulzor, frescura vegetal y complejidad sin dominar el resultado final. Opera como una estructura silenciosa que sostiene el perfil del fondo sin imponerse.

La proporción estándar es 2:1:1:

  • 2 partes de cebolla
  • 1 parte de zanahoria
  • 1 parte de apio

Esta relación permite un equilibrio preciso entre dulzor (zanahoria), notas herbales (apio) y volumen aromático (cebolla).

El corte debe ser uniforme y relativamente grande. No se busca un tamaño pequeño ni un brunoise; se busca consistencia. Piezas demasiado pequeñas se desintegran y enturbian; piezas demasiado grandes liberan poco aroma. El punto correcto permite una extracción gradual durante horas de cocción.

Técnicamente, el mirepoix no se dora. Se suda: fuego medio-bajo, mínima grasa y suficiente tiempo para que los vegetales liberen humedad y aroma sin caramelizar. El objetivo no es crear notas tostadas, sino aportar un fondo aromático limpio que complemente el dorado previo de los huesos y la carne. Dorarlo altera el perfil del fondo, lo vuelve más oscuro y menos neutro.

El mirepoix debe entrar al líquido cuando los aromas ya están abiertos pero antes de que los vegetales pierdan estructura. Durante la cocción larga, su función es transferir gradualmente sabor; no permanece como ingrediente visible ni debe determinar el carácter final del fondo.

El resultado correcto es un fondo estable, equilibrado y con un soporte vegetal preciso, construido a partir de un mirepoix ejecutado con control en proporciones, temperatura y corte.

Cuando entra el agua, ya no se trata de hervir: se trata de no estorbar. El calor debe ser firme, pero controlado; el hervor agresivo es enemigo directo de la claridad.

Proporciones estándar para un Fondo de Res

La fórmula base de un fondo claro o fondo oscuro de res se organiza en relación peso de hueso : agua : mirepoix : aromáticos.

1. Huesos

La base es siempre 1 parte de hueso.

  • Para un uso estándar en escuela o restaurante: 1 kg de hueso (con algo de carne adherida para mayor sabor).

Los huesos pueden ser: falda, pierna, costilla, espinazo, fémur partido (para extraer colágeno).

2. Agua

La proporción profesional es:

Agua = 2 a 3 partes por cada 1 parte de hueso

En práctica:

  • Por 1 kg de hueso → 2.5 a 3 litros de agua fría.

Menos agua produce un fondo muy concentrado pero menos limpio. Más agua diluye y reduce extracción.

Regla óptima para cocina diaria: 1 kg hueso : 2.5 L agua


3. Mirepoix

La fórmula clásica es:

Mirepoix = 10% del peso del hueso

Si tienes 1 kg de huesos → 100 g de mirepoix total.

Distribuido así:

  • Cebolla 50 g (50%)
  • Zanahoria 25 g (25%)
  • Apio 25 g (25%)

Esas proporciones equivalen al estándar 2:1:1.

Nota: en fondos oscuros, el mirepoix puede ir tostado o sudado más tiempo, pero no quemado.


4. Aromáticos (“Bouquet Garni”)

Se añaden en aproximadamente:

1–2% del peso del líquido

Pero en práctica profesional:

  • 1 hoja de laurel
  • 6–8 granos de pimienta negra
  • 1 ramita de tomillo
  • 1–2 dientes de ajo (opcional)
  • Puerro (parte verde) opcional

Aromáticos muy fuertes (clavo, romero, orégano) no se usan en fondos clásicos porque “contaminan” el sabor base.


Variación en la Academia Culinaria Hondureña: uso de pasta de tomate para fondo oscuro

En clase trabajamos una variación del fondo tradicional incorporando pasta de tomate después del dorado de los huesos. Esta técnica se utiliza para fondos oscuros y cumple dos funciones principales: intensificar el color y profundizar el perfil aromático.

La pasta de tomate se añade directamente sobre los huesos sellados y se cocina a fuego medio hasta que adquiera un tono más oscuro. Este proceso no busca quemarla, sino tostarla ligeramente para desarrollar azúcares y aportar un matiz más redondo al fondo. El resultado es un color ámbar profundo y una base con mayor complejidad y notas ligeramente caramelizadas.

Es importante controlar el calor: si la pasta se quema, aporta amargor. Si se queda cruda, el fondo mantiene un sabor más plano y un color más pálido. El punto correcto es cuando la pasta pierde el brillo inicial, toma un tono más rojizo-oscuro y se integra al dorado previo de los huesos.

Esta variación permite construir un fondo oscuro más robusto, ideal para salsas como la de vino tinto, demiglace o reducciones intensas que necesitan estructura y color sin recurrir a espesantes artificiales.

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